Punto y aparte

María Elena Walsh

Poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina, considerada como «mito viviente, prócer cultural y blasón de casi todas las infancias»

Por Ana Paula Cara
María Elena Walsh en la etapa de “Juguemos en el mundo”

María Elena, nació en Ramos Mejía el 1 de febrero de 1930. Estudió Bellas Artes y se dedicó muy tempranamente al teatro y a la canción. Su primera obra escrita fue un libro de poemas, con apenas 17 años, “Otoño Imperdonable”.

UNA JOVEN
POETISA

Tímida y rebelde, leía mucho de adolescente. En 1945, a los 15 años, publicó su primer poema en la revista El Hogar (número dedicado a la primavera), titulado Elegía e ilustrado por su compañera de colegio Elba Fábregas. Ese mismo año escribió también en el diario La Nación. Hacia 1948 formó parte del movimiento literario de La Plata, que se reúne en torno al sello editorial Ediciones del Bosque. Esta editorial publicó algunas de sus obras poéticas.

[¿Y cómo te gustaría que te recordaran?] Como alguien que quería dar alegría a los demás, aunque no le saliera siempre.
María Elena Walsh
[¿Y cómo te gustaría que te recordaran?] Como alguien que quería dar alegría a los demás, aunque no le saliera siempre.
María Elena Walsh

A PARTIR
DEL DÚO
LEDA Y MARÍA

Entre 1951 y 1963 formó el dúo Leda y María, junto a Leda Valladares, metiéndose así de lleno en el mundo de la farándula y de la televisión, donde fue siempre muy querida y admirada por sus fabulosos espectáculos. En 1959 Leda y María publicaron el LP “Leda y María cantan villancicos”, incluyendo cuatro villancicos anónimos, uno del norte argentino, otro de Bolivia y dos españoles. La tapa del disco es una foto de un niño pequeño sonriendo mientras mira el dibujo de un Papá Noel, apareciendo por primera vez una temática infantil. En 1960 Leda y María mostraron un notable viraje en su estilo al grabar el EP Canciones de Tutú Marambá, en la que cantan canciones infantiles que Walsh había escrito para los guiones que estaba realizando para la televisión. Allí se incluyen las primeras cuatro canciones que harían famosa a María Elena Walsh en la música infantil: La vaca estudiosa, Canción del pescador, El Reino del Revés y Canción de Titina.



JUGUEMOS EN EL MUNDO
Y LAS CANCIONES
PARA ADULTOS

En 1968 estrenó su espectáculo de canciones para adultos Juguemos en el mundo, que se constituyó en un acontecimiento cultural que influiría fuertemente en la nueva canción popular argentina, que venía conformándose desde diversos enfoques, como el Movimiento del Nuevo Cancionero, impulsado por músicos como Mercedes Sosa y Armando Tejada Gómez. Como había hecho con sus canciones infantiles, mostró un estilo de composición marcado por la libertad creativa y temática. Sus melodías dieron vida a canciones muy modernas, que tomaban inspiración de las más diversas fuentes musicales, desde el folklore al tango y desde el jazz al rock. Sus letras aportaron inumerables temas a la canción de protesta latinoamericana que floreció en esos años. Asfixiada por la censura impuesta por la dictadura militar, en julio de 1978, en plena Copa Mundial de Fútbol, decidió no seguir componiendo ni cantar más en público. Paradójicamente, varias de sus canciones se volvieron símbolo de la lucha por la democracia, como Como la cigarra, Canción de cuna para un gobernante, Oración a la Justicia, Canción de caminantes, Balada de Cómodus Viscach, Postal de guerra o su versión de We shall overcome (Venceremos), la clásica marcha del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Al año siguiente, María Elena publicó en el suplemento cultural del diario Clarín un artículo titulado “Desventuras en el País Jardín de Infantes”, título que en 1993 retomaría para titular un libro. Se trata de un texto en el que la escritora acepta como legítima la acción de la dictadura para reprimir a la “subversión” y mantener la “paz social”, pero en el que también desliza una crítica a la censura imperante, asimilando el país a un jardín de infantes. Ya entre 1985-1989 fue designada por el presidente Raúl Alfonsín para integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia. A lo largo de su vida formó pareja con la folklorista Leda Valladares, la directora de cine María Herminia Avellaneda y la fotógrafa Sara Facio, con quien vivió desde inicios de la década de 1980 hasta su muerte que se produjo en Buenos Aires, el 10 de enero de 2011.